
En los últimos años, términos como “diversidad”, “inclusión” o “justicia social” han pasado del activismo a las estrategias de marketing. Muchas marcas han decidido subirse a esta ola, pero no todas lo han hecho de forma genuina. Este fenómeno ha dado pie al llamado woke washing, una práctica en la que las empresas simulan estar comprometidas con causas sociales solo para mejorar su imagen.